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Apuntes basados en el curso realizado en Son Servera el día 24 de Marzo de 2005.

Textos i fotografías: Antoni Genovart

Nuestro más sincero agradecimiento al constructor de lengüetas,

PEP MANEL ORDÓÑEZ,

de la localidad de Santa Maria, por su gran interés en la realización de este curso.

 
     
   
   
         
    Para poder hacer legüetas de xeremia necesitamos conseguir una caña cortada en luna llena de enero o febrero, bien madurada, de madera totalmente seca, gruesa y de buena calidad.  
         
   

Las herramientas y materiales que se emplearán son:

- 1 cuchillo muy afilado.

- 1 medidor milimétrico.

- 2 papeles de lija: fino y muy fino.

- 1 tubo de latón de ø4 mm.

- 1 pieza plana de latón de unos 3 o 3,5 cm de ancho.

Cinta de carrocero de 1,5 o 2 cm de ancho.

- 1 alicates pequeños para cortar alambre.

- 1 alicates pequeños de punta plana, para apretar.

- 1 alicates de 3 mm .

- 1 rotulador permanente.

 
         
         
    Se empieza con una sección de la caña (entre dos nudos) y se le practican cortes, de arriba a abajo, de un ancho aproximado de 1,2 cm.  
         
    Después se hace un corte longitudinal para sacarle el "vidrio" a la caña.  
         
   

En una pieza cúbica de madera con forma rectangular y con la espalda curvada y cubierta de lija, se coloca la caña seccionada, colocada por la parte donde no esté el "vidrio", y se empieza a restregarla a fin de conseguir reducir su grosor hasta que éste tenga poco más de 1 mm.

Una vez conseguido el grosor adecuado, se repetirá la misma operación, pero esta vez con una lija muy fina, con el fin de conseguir que la caña tenga sólo 1 mm de grosor.

 
         
    El hecho que la pieza de madera tenga una forma curvada sirve para conseguir que la sección, en su interior, también tenga esa forma curvada. Así ayudamos a que la futura lengüeta obtenga una forma curva interior, la cual facilitará el paso del aire en su interior y así obtener una buena vibración y, en consecuencia, un sonido adecuado.  
         
   

Una vez obtenido el grosor de la caña ésta se corta para conseguir dos piezas de 4 cm cada una.

Se aconseja tener un molde de madera ya hecho con esta medida a fin de conseguir un corte recto y una medida lo más exacta posible

 
         
    Las dos piezas así cortadas se unirán con la cinta de carrocero, mejor unirlas por la parte en la que han sido cortadas, así las dos uniones tendrán unas características más iguales.  
         
    Las piezas realizadas tendrán un aspecto como el que se ve en la fotografía.  
         
    Hay que procurar evitar las cañas muy tintadas ya que pueden dar lugar a una mala calidad de la lengüeta y afectar a su sonido.  
         
   

A continuación se recortará la caña, para eso usaremos una plantilla (puede ser de papel, cartón, o de cualquier material maleable).

Las medidas de esta plantilla deben ser: 1 cm en su parte más ancha y 0,5 en su extremo más estrecho. Su longitud tiene que ser de 3,5 cm.

La plantilla se colocará con la parte más ancha sobre la zona encintada de la caña, procurando que la parte más estrecha de la plantilla coincida con la zona no encintada.

Es importante que la parte estrecha de la plantilla esté bien centrada en la caña

 
         
   

Sujetando la plantilla sobre la caña, en ésta se procederá a pintar las líneas que indique la plantilla, por las dos caras.

Es aconsejable utilizar un rotulador permanente.

 
         
    Una vez están delimitadas las líneas, se procederá, con sumo cuidado, a cortar la caña por encima de las líneas marcadas.  
         
    A continuación se limarán, con un papel de lija, los bordes que han sido cortados.  
         
   

Para acabar este primer paso con la caña, se procederá a rebajar al máximo su zona más estrecha.

Con un cuchillo (se recuerda la importancia de que esté bien afilado) se realizará una pequeña incisión, a una distancia aproximada de 0,5 cm del final de su parte más estrecha y a partir de esta incisión se realizará un corte en dirección hacia el final de la caña, rebajando progresivamente su grosor y procurando que el final sea lo más delgado posible (se debería conseguir un grosor de casi 0 mm).

 
         
    Cuando se haya conseguido rebajar al máximo esta parte de la caña, se procederá a estrecharla, como si se le quisiera hacer una punta.  
         
   

 último paso de esta fase es ponerla en remojo con agua. El tiempo mínimo que se aconseja es de una hora y media. Antiguamente la tenían dos o tres días en remojo.

Para unir las dos cañas se podría haber utilizado cinta adhesiva ("celo") en vez de cinta de carrocero, pero el resultado hubiese sido que la cinta adhesiva dentro del agua hubiese dejado de realizar su función y habría solado las cañas.

 
         
         
   

Mientras la caña está en remojo podemos empezar a preparar la abrazadera del tudel.

Las abrazaderas se usan para cerrar el cordaje de la doble lengüeta (más adelante se verá este paso). Se consiguen de una pieza de latón, de unos 3,5 cm de ancho, a la cual se le hacen pequeñas secciones de 1 o 2 mm cada una.

 
         
   

El tudel es una pequeña pieza que tiene la función de garantizar el paso de aire por el interior de la doble lengüeta hacia el grall, evitando que la parte delgada de la caña (la parte contraria a la que se sopla) se cierre e impida la corriente de aire que se produce al soplar y que produce las vibraciones de las lengüetas en el grall. Se hace a partir de un tubo de latón que debe tener unos 4 mm de diámetro. Para conseguirlo se secciona el tubo en trozos de 1,5 cm de largo.

En uno de sus extremos, a una distancia aproximada de 2 mm, se le hará una pequeña muesca (más adelante se explica el porqué de dicha muesca).

 
         
    En el otro extremo, y con la ayuda de los alicates planos y el destornillador, se cerrará su obertura hasta conseguir que ésta tenga la mitad de su obertura original.  
         
    Cogiendo la caña mojada (la cual ha estado en remojo todo el tiempo necesario) se le pinta una señal a unos 22 o 23 mm contando desde su parte más ancha (sigue siendo aconsejable el empleo de un rotulador de tinta permanente).  
         
   

Una vez marcada la caña se procede a introducir, por la parte más estrecha, el tudel, procurando que no sobrepase la línea antes pintada.

Cuando el tudel está en su sitio se hace un atillo en la parte más ancha de la caña a fin de evitar que éste se pueda mover o caer.

 
         
         
   

Cuando el tudel ya está en su sitio se empieza la parte del cordaje. Es una tarea delicada para la cual se requiere una cierta práctica y paciencia. Se debe procurar en todo momento tener el hilo muy estirado, es importante que en ningún momento pierda la tensión.

Para empezar el cordaje se tiene que pasar el hilo por la muesca que se le ha practicado al tudel, procurando darle tres o cuatro vueltas.

 
         
   

En este punto se aconseja introducir el tudel en el destornillador, así ayudará a sujetarlo durante toda la operación de cordaje.

Una vez que el tudel está introducido en el destornillador se empieza a voltear con firmeza manteniendo el hilo muy tensado.

Así como se va realizando el cordaje se observará que las lengüetas de la caña se van cerrando, llegando a conseguir que queden totalmente unidas. No deben perder aire por los lados.

 
         
   

La dirección del cordaje debe ser en todo momento hacia la señal que hemos pintado en la caña con el rotulador, evitando en lo  máximo posible voltear dos veces en el mismo lugar. Se debe conseguir un cordaje lo más plano y fino posible.

Una vez terminado el cordaje, se le harán uno o dos nudos flojos (abrazando la caña con la cuerda) a fin de evitar que el cordaje pierda tensión y para garantizar esta tensión, una vez hechos los nudos, aún se le darán varias vueltas más al cordaje (sin muchos miramientos y sin anudar) y se sujetarán estas últimas vueltas con el dedo pulgar en espera del siguiente paso.

 
         
   

Justo donde termina el cordaje debe colocarse una pequeña pieza de cerramiento: la abrazadera. Se coloca la pieza en torno a la caña y enseguida se le aplica un fuerte apretón con los alicates en la parte donde se unen las dos puntas (mejor si le aprieta varias veces, es necesario asegurarse que quedan bien estrechas y que no se mueven).

Con mucho cuidado se deshacen las vueltas que habíamos realizado de más al final del cordaje, procurando no perder en ningún momento la tensión que tiene el cordaje de la caña y con este mismo hilo se dan unas cuantas vueltas abrazando los dos cabos que sobresalen de la abrazadera y se le harán un par de nudos tensos y fuertes.

 
         
   

Ahora se procede a cerrar las puntas de la abrazadera tumbándolas en el sentido contrario al que habían venido, consiguiendo de esta manera presionar la cuerda anudada al cerrar.

Apretar fuertemente con los alicates y cortar las parte sobrante de la abrazadera, también debe de cortarse el hilo sobrante.

 
         
   

Cuando se ha acabado todo el proceso de cordaje ya se le puede quitar la cinta de carrocero.

Si las lengüetas no hubieran quedado bien cerradas en sus laterales se les puede aplicar un poco de cola blanca, rebajada en agua, para así conseguir una buena unión.

Pero si ha quedado demasiado abierta hay que volver a comenzar el proceso de cordaje.

Es fundamental que las lengüetas queden bien cerradas, si no, el aire se perderá por los lados y la caña no sonará bien, o no sonará nada.

 
         
         
   

La última parte de la fabricación de una caña (o lengüeta) es la más delicada, es necesaria bastante pericia y una cierta experiencia para dejarla bien acabada.

Esto no quiere decir que las cañas no puedan salir bien ya desde un principio, si no que, el hacer lengüetas es un arte, y como en todo arte hay  que tener paciencia y espíritu de superación.

Una vez acabado el proceso de construcción de la caña se procederá a dejarla secar durante unos días. Así, una vez secas, el proceso de pulimento será más efectivo, ya que, una caña demasiado mojada no se deja pulir con tanta facilidad y efectividad como una seca.

 
         
   

Para empezar la última fase se coge la caña ya seca con una mano y con el cuchillo se le practica un corte en una de las dos lengüetas que la forman el cual ha de partir desde el interior de la caña en dirección hacia la parte más ancha (donde deberá vibrar). Se parte de una distancia aproximada de 1 cm y el corte se va haciendo cada vez más profundo, ir con mucho cuidado de no hacer la incisión demasiado profunda. No hace falta hacer el corte de una sola vez, es mejor ir haciendo pequeños cortes bien controlados y así ir rebajando la punta de la caña.

Esta operación se repetirá también en la otra lengüeta de la caña.

 
         
   

Una vez rebajado el grosor de las dos lengüetas con el cuchillo se procede a adelgazarlas más con el papel de lija.

Es aconsejable rasparlas con un papel de lija poco grueso y después utilizar otro más fino para una última pasada.

Ha que ir con mucho cuidado, controlando en todo momento el proceso, ya que, si se lija demasiado se echará a perder la caña.

 
         
   

Una vez conseguido rebajarla al máximo se le hace un pequeño corte transversal (de 1 mm aproximadamente) en la  parte que ha de vibrar a fin de conseguir que ambas lengüetas sean simétricas.

Procurar hacer un corte limpio y lo más recto posible.

 
         
   

na vez hecho el corte seguir puliendo la caña con el papel de lija más fino, éste último pulimento necesita mucha precisión para darle la forma y el grosor correcto.

El grosor de la parte que deberá vibrar ha de ser el mínimo posible.

El resultado final, el sonido de la lengüeta, dependerá de esta última fase.

 
         
    La lengüeta, una vez acabada, ha tener una longitud total de 3,5 cm para así conseguir una caña afinada en DO.  
         
   

Distintas longitudes para lengüetas de distintas tonalidades.

SOL 39 mm
LA 39 mm
SI bemol 36 mm
DO 35 mm
RE 33 mm

 

 
         
   

El último paso de una lengüeta es saber si suena. Se soplará la caña para ver si su sonido es el correcto, una caña para un grall en DO tiene que hacer una nota entre el SOL# y el LA. El sonido que hará la caña será como un silbato agudo y un tanto chirriante.

También es conveniente comprobar si no tiene pérdidas de aire. Para ello se cogerá la caña aguantándola por la punta de las lengüetas (por donde vibra), procurando tapar bien la salida de aire por ese sitio y se procederá a soplar por el lugar contrario, o sea, por el tudel. Así se podrá comprobar que la caña no pierde aire.

En caso de que pierda aire se procederá a tapar los costados de la caña con cola blanca o de contacto, rebajándola con agua

 
         
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webmàster: antoni genovart xeremies i xeremiers a mallorca mallorca 1998 - 2012